7 de octubre de 2010

El camino a la corona



Cada año en Villavicencio se realiza el Torneo Internacional del Joropo, la comunidad metense se arroja a las calles para resaltar lo mejor de su tradición y cultura. El coleo, el joropo y las reinas son los principales atractivos de dicho evento. Pero son las reinas las que siempre se roban las miradas de propios y visitantes. Mujeres que siempre tienen una sonrisa para su público esperan el día donde la anhelada corona se pose sobre sus cabezas.

Año 2009. En mi viaje vacacional a la ciudad de Villavicencio me encuentro con una ciudad vestida de color, belleza y buena comida, una ciudad que espera a gentes de todos los rincones de Colombia y del mundo para sentir entre cayenas la música llanera, para vibrar con el arpa, el cuatro y las maracas de la tierra de los mejores atardeceres del mundo.

Un llamado a vincularme a dicho evento siento. Empiezo a seguir las pisadas de las hermosas candidatas al Primer Reinado Nacional y al Decimo Sexto Reinado Internacional del Joropo. Su primera aparición ocurre en el centro de la ciudad. Atrás: la catedral de Villavicencio, frente a ellas un pueblo llanero que las recibe entre aplausos y miradas expectantes, ellas saben que ya están en la competencia oficialmente y que ese público ya empieza su selección, las favoritas empiezan a perfilarse desde el momento justo en que se bajan del bus y tocan la tierra llanera.

Como periodista trato de registrar las mejores imágenes de su arribo a la ciudad y empiezo una nota atenta para perfilar las favoritas del reinado nacional y del internacional. La rueda de prensa empezaría quince minutos más tarde en la casa de la cultura del departamento ubicada una cuadra más arriba de la catedral.


Sentado frente a la mesa donde estarían las candidatas y el gobernador del departamento me encuentro, tengo en mis manos el perfil de cada una de ellas, su edad, sus aspiraciones, sus gustos, sus estudios, la necesidad de hacer preguntas está en el quehacer del periodista, así que empiezo a buscar las más apropiadas para ellas.

A mí lado periodistas, reporteros, fotógrafos y camarógrafos buscando el mejor ángulo, buscando las mejores preguntas, transmitiendo en directo. Yo el más joven de allí y tal vez el menos experimentado, oigo con atención la presentación de las candidatas y la parte protocolaria del evento y alzo la mano en primera instancia para hacer mí pregunta, pero tal vez por cierta necesidad de buscar primero a los grandes medios y a periodistas reconocidos o experimentados la palabra se la conceden a RCN a Caracol y a periodistas de la región, sin embargo espero lo necesario, en uno de los turnos ningún periodista levanta la mano, esa era mi oportunidad, esperaba una respuesta clara a mí pregunta.

Dirigí mi pregunta a todas las reinas, las nacionales y las internacionales, pregunté por la misión del reinado, sí era solo dar besos y abrazos al público o si tenían una meta social, específicamente por los jóvenes metenses, pregunté por la labor que deberían emprender para inculcar a los jóvenes el gusto por su cultura, el gusto por el baile del Joropo. La candidata de Estados Unidos fue la primera en responder, desde sus experiencias como líder social convenció y me dio otra perspectiva de las reinas, no esas huecas que sacan la cara por el “gremio”, sino de esas invisibilizadas por los medios que tienen algo coherente que decir.

Desde ese momento ya tenía una favorita, al terminar entrevisté a la representante por el departamento del Meta y por el contrario su discurso trillado y frío me supo feo. La reina afirmaba que había llegado la hora de que el Meta sonara a nivel Nacional, porque el Meta tenía fauna, flora, gastronomía y sitios turísticos por mostrar, discurso que se echó durante todo el reinado, a todos los medios, en todos los eventos sus frases vacías sonaban entre la multitud.

Los eventos que más impacto tuvieron en el pueblo llanero fueron los desfiles de carrozas y el desfile en traje de baño de las candidatas. Por un lado las reinas estuvieron sobre un jeep, sostenidas por un tubo flojo que llevaba el nombre de sus países o regiones, desde su salida del hotel se mostraron nerviosas e incomodas, su vida estaba en juego. Pero sin importar un posible accidente arrancaron su recorrido acompañadas de jinetes que amenizaban la cabalgata, nunca faltó la sonrisa, desde su salida hasta la llegada al Bioparque los Ocarros sus caras daban una voz de esperanza y alegría a todos los lugareños.

Mientras que el evento del desfile en traje de baño desencajó con la misión del festival, que es unir a toda la comunidad metense en torno al folclor, en torno a la cultura. Primero, este año se realizó en el hotel del llano ubicado a las afueras de la ciudad y no como se había hecho en años anteriores en las piscinas olímpicas, segundo la entrada era una invitación que tenía como misión donar dineros a una fundación, pero que no permitía que todos hicieran parte de esta gran fiesta. Así que pronto fue llegando la alta alcurnia de la ciudad, el requisito, estar de blanco, era cumplido por todos, yo no había leído esa parte de la invitación que apropósito obtuve por ser periodista y no por pagar tributo a nadie, así que desencajé, algunos colegas aprovecharon el momento para hacer vida social, para codearse con quienes pudieran darle la papita en un futuro.  La presentación de los jurados, entre los que se encontraban actores, actrices y personalidades influyentes en el mundo de la moda apareció en la voz de agmeth escaf y Eva Rey, presentadores del evento, cada candidata hizo lo que pudo, algunas convencieron con sus cuerpos moldeados y trabajados, otras desencajaron por su falta de gracia, los jurados miraban críticos y perversos cada detalle de las reinas, pero la decisión final no estaría de la mano de sus cuerpos sino de su forma de interpretar el baile del Joropo. La pasarela pronto dejó de ser para las reinas y ahora fue para todos los presentes, el artista colombiano Jerau cerró la noche, pero para las candidatas la competencia no terminaba, se venía la entrevista con el Jurado.

Los días y las noches en Villavicencio pasaron entre el “corre corre” del reinado y el torneo del joropo, entendía cosas, observaba la cultura de los llaneros, pero…solo hasta el día de la coronación comprendí la fuerza de las indomables piernas de las llaneras y de los recios zapateos de los llaneros, solo hasta ese día entendí la magia que surge entre las miradas, entre los giros, entre ese baile con sabor a pasión, entre esas parejas con un toque especial que hacen alucinar a sus espectadores. Magia que llegó con la candidata del Tolima en el reinado Nacional y con la del Meta en el internacional. Nunca fueron mis favoritas, eran lindas, atractivas, reinas finalmente, pero nunca se destacaron por su coherencia e intelectualidad, pero ¿qué le pide uno a una reina?, en este caso que se desempeñe como una llanera de cuerpo y alma en el baile del joropo, ambas lo alcanzaron, por eso todo el camino a esa corona valió la pena. Por su preparación y talento, por su destreza y fortaleza hoy son las soberanas del joropo.

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